No hay semana Santa ni Cuaresma sin unas buenas Torrijas caseras. Para los que no las conozcáis, las torrijas, que son un plato de aprovechamiento por excelencia, no son más que unas rebanadas de pan duro, de varios días, remojadas en leche, pasadas por huevo y fritas. A partir de ahí podemos hacer las combinaciones que queramos: podemos usar un bizcocho duro o unos brioches; podemos remojarlo en leche o vino, infusionados o no; una vez fritos, podemos añadirle una mezcla de azúcar y canela, miel o cualquier otro producto dulce que nos guste.
Estas torrijas que hoy os traigo, es nuestra versión, son las que durante tantos años hemos hecho y nos hemos comido los amigos de la “Guardia” y a ellos van dedicadas: a Joaquin, Arturo y Fernando.
¡¡Va por vosotros!!
INGREDIENTES
- 1 barra de pan del día anterior o, aún mejor, con 2/3 días. O bien un paquete de Pan para torrijas que se puede adquirir en cualquier tienda o supermercado
- 1 litro de leche
- 1 rama de canela
- la piel de 1/2 limón
- 80 gramos de azúcar
- 1/2 copita de anís
- Azúcar y canela molida para rebozar las torrijas
- 2 huevos
- Aceite de oliva virgen extra para freír
ELABORACION
En primer lugar procederemos a “infusionar” la leche, con algunas cosas para que le den un sabor y un aroma diferentes. En una cazuela pondremos la leche, el palito de canela y la piel de 1/2 limón (sin la parte blanca) y lo pondremos a fuego medio hasta que hierva. Una vez que haya hervido las retiraremos del fuego y esperaremos hasta que haya templado; cuanto más rato tengamos la leche reposando, más aromas adquirirá. Reservamos.
Importante: la leche se tiene que usar templada tirando a fría.
Una vez atemperada, retiraremos las pieles de limón y el palito de canela y añadiremos la media copita de anís (yo, en esta ocasión, he utilizado Anís de Colungo, que es espléndido).
Adelantamos trabajo:
- pasamos la leche a una bandeja donde vayan a cabernos las rebanadas de pan
- Batimos los huevos en un plato hondo
- Preparamos una sartén suficientemente grande, echamos una buena cantidad de aceite de oliva y lo ponemos a calentar
- En un plato o bandeja llanos ponemos unas hojas de papel de cocina que eliminará el exceso de grasa de las torrijas cuando las retiremos de la sartén.
- Mezclamos azúcar y canela molida y la reservamos en un plato en el que rebozaremos las torrijas una vez las hayamos frito.
Si utilizamos una barra de pan duro, con un cuchillo de sierra cortaremos rebanadas de 1,5/2 cms de grosor. Si usamos pan para torrijas, estas rebanadas nos vienen ya cortadas. Las introduciremos en la bandeja con la leche infusionada, dándole una vuelta para que se impregnen por todos lados. Este proceso debe ser rápido (máximo un par de minutos) para que no se nos impregnen en exceso las rebanadas de pan y se nos rompan.
De ahí las pasamos directamente al plato con el huevo batido, impregnamos bien de huevo y de ahí a la sartén, en la que el aceite debe de estar bien caliente. Las freiremos de dos en dos o de tres en tres (no más, para mantener el aceite bien caliente y espacio entre las torrijas) y daremos un par de vueltas para que queden fritas por igual por todos los lados. Cuando estén bien doradas, las retiraremos de la sartén y las pasaremos al plato con el papel absorbente para que se elimine el aceite sobrante y nos queden grasientas.
Y, para finalizar, rebozamos cada torrija en la mezcla de azúcar y canela molida que teníamos preparada.
Podemos comerlas calientes o templadas, incluso podemos comerlas al día siguiente, seguirán estando riquísimas.
