Cuando lo hagáis, veréis que la textura no será como las de las pastillas que compramos, se asemejará más a la de un puré (aunque esto dependerá del agua de las verduras y de la sal que utilicemos). Así que una cucharadita de nuestro caldo equivaldrá, más o menos, a una pastilla de las compradas (sería 1 cucharadita para 500 g de líquido). Además, gracias a esta textura, se disuelve enseguida en los líquidos calientes.
Esta receta me encanta porque podemos hacer bastante cantidad y conservarlo dentro de un bote bien cerrado en la nevera durante 1 año debido a la alta cantidad de sal que lleva. Así que animaos a prepararla, porque os garantizo que cuando lo probéis, ya no volveréis a comprar pastillas en el supermercado.
Yo la hago normalmente con mi Thermomix, aunque se puede hacer exactamente igual en cazuela, por lo que os incluyo la forma de hacerla en esta última.
Ingredientes
- 300 g de carne magra (puede ser pollo, ternera, cerdo…) sin nervios ni tendones. Yo he usado pierna de pollo y cuarto trasero de gallina.
- 300 g de verduras (las que tengáis por casa: zanahoria, apio, cebolla, puerro, tomate…)
- 300 g de sal gorda
- 30 g de vino tinto
- 1 hoja de laurel
Preparación en Thermomix
Ponemos en el vaso la carne y la troceamos 10 segundos, velocidad 7. La sacamos del vaso y lo reservamos. Seguidamente, ponemos todas las verduras lavadas y secas y las troceamos 10 segundos, velocidad 5. Añadimos la sal, la carne que teníamos reservada, el vino, la hoja de laurel y programamos 30 minutos, Varoma, velocidad 2. En este paso, en vez de colocar el cubilete, vamos a poner el cestillo para permitir así que evapore el líquido y nos quede lo más espeso posible.
Cuando haya terminado el tiempo, dejamos que baje un poco la temperatura (hasta unos 80º), cambiamos el cestillo por el cubilete y trituramos 1 minuto, velocidad 10.
Dejaremos enfriar y lo introduciremos en botes que guardaremos en la nevera o en el congelador. La cantidad de sal utilizada permite conservarlo en el frigorífico una larga temporada; congelado, lo tendremos para mucho más tiempo sin que pierda sabor ni propiedades.
Preparación en cazuela
Prepararemos los ingredientes siguientes: la carne, si tiene huesos se los quitaremos y la limpiaremos de grasa superflua, tendones y cartílagos y la picaremos en la picadora. Reservaremos. Las verduras las lavaremos y las cortaremos en trozos no excesivamente pequeños.
En una cazuela, echaremos una pizca de aceite de oliva virgen extra y añadiremos la carne, salteando hasta que tome algo de color. Seguidamente echaremos las verduras y saltearemos todo junto unos cinco minutos.
A continuación echaremos un vasito de vino tinto, subiremos el fuego y, cuando se haya evaporado el alcohol, añadiremos la sal gruesa, mezclaremos bien, bajaremos el fuego a medio/bajo y cocinaremos durante media hora, removiendo frecuentemente.
Transcurrida la media hora, pasaremos todo el guiso por la batidora hasta crear una pasta homogénea. A mí me gusta volver a poner el “puré” resultante en la cazuela y seguir cocinando, removiendo continuamente para que no se nos pegue, hasta que se evaporen totalmente todos los líquidos y obtengamos una masa de una consistencia espesa.
Dejaremos enfriar y guardaremos en botes.